No sólo Frivolidades

Autoreflexiones de una pensadora compulsiva. Inquieta por naturaleza y con pánico al aburrimiento y a la inactividad.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Hola, ¿qué tal?

¿Alguien se ha parado a plantearse qué hay más allá de "Hola, ¿qué tal?"? Y voy más allá de: "soy el chico de las poesías".



¿Pero qué clase de pregunta es esta? ¿Cuál es la respuesta acertada, "bien"? De acuerdo, pero si ya conocemos la respuesta, ¿por qué tenemos que preguntarlo? Podría ser una simple cortesía, pero será que no hay cortesías en el mundo, como para utilizar una pregunta que tiene la respuesta inherente.

Y no sé tú, pero yo me siento ridícula cuando respondo. Y más si no estoy bien, sino que estoy jodida por cualquier cosa. Pero claro, ¿eso qué le importa a quién me lo pregunta? Y entonces ¿Por qué me pregunta? Volvemos a chocarnos con nuestro amigo: el absurdo ser humano. Por si no es sufieciente, me encuentro con algo aún peor: mi repelente interés en buscarle la "lógica" a todo. Así que yo me tomo la pregunta de "¿Qué tal?" por su significado tal cual, y respondo a lo que se me pregunta. Termino dándome cuenta de que estoy dando más explicaciones de las requeridas por esta cortesía y no me queda otra que consolarme pensando: "Pues que no me hubiera preguntado. Verás que ya no me pregunta más".

Así que, como me conozco, te aviso. Si no te interesa realmente, no me saludes con un "¿Qué tal?".

;)

1 comentarios:

  • A las 11/25/2010 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    No discrimines a la educación, que si no, todo sería mucho más desagradable.

    :-) F.

     

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