No sólo Frivolidades

Autoreflexiones de una pensadora compulsiva. Inquieta por naturaleza y con pánico al aburrimiento y a la inactividad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La Metamorfósis del Narciso




 Es increíble la maravilla que puede salir del hombre. Claro ejemplo es la pintura de Dalí, Metamorfosis de Narciso. Maravilloso por su historia mitológica, maravilloso por su color, maravilloso por su creación artística, maravillosamente te obliga a embobarte cuando la contemplas desde un metro de distancia, desde diez, en el Tate Modern (Londres). 

Drama humano del amor, la muerte y el narcisismo en psicoanálisis bajo un plano en dos dimensiones, cargado de colores. El desplazamiento de la libido del individuo hacia el propio cuerpo, hacia el "yo" del sujeto (Introducción al psicoanálisis, Freud). 

Maldecido por la diosa Hera, Narciso muere por vanidad, al quedarse embobado (como cualquiera que contemple la pintura) con el reflejo de su propia imagen en el río. Deslumbraba por su belleza, y terminó por no reparar en aquellos a quienes enamoraba. La flor del narciso nación en el lugar en el que éste murió. 

Pero sin entrar en teorías psicoanalistas, paranoias y métodos "paranoico-críticos", me quedo con los colores que atrapan. El azul intenso de la esquina inferior izquierda y superior derecha, en tensión con el fondo rojo cerámico que quema sólo con mirarlo. El tablerito de ajedrez, brillante, al fondo, blancos y negros, y el pequeño gran ejército que anima la tristeza del mensaje. Y la brillantez indiscutible del Narciso de cabeza gacha al lado de la paranoica interpretación del artista. La escultura pictórica de la mano triste de piedra, sujetando el huevo del que nace el narciso metafórico. Ambos narcisos entristencen, tensionandote por el fondo de fuerza inconmensurable.


Cuando esa cabeza se raje
cuando esa cabeza estalle 
será la flor,
el nuevo Narciso
Gala, 
mi narciso.

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